lunes, 15 de junio de 2009

COSTALEROS SACRAMENTALES


El pasado Domingo tuve el inmenso honor y privilegio de entrar a formar parte de la cuadrilla nº 3 del Corpus Christie. Todo un privilegio porque solo fuimos 36 los elegidos para la Octava, como otros 36 lo tuvieron el Jueves de Corpus. Muchos han quedado a la espera del turno de su cuadrilla y muchos más a la espera de poder entrar en cualquiera de las cinco que hay.

Para mí personalmente ha supuesto la realización absoluta como costalero. Como ya me quedan pocos arrestos para seguir bajo los pasos porque uno va teniendo una edad, he decidido que los que me queden van a estar integramente dedicados al Santísimo, aún a sabiendas que hay que esperar varios años entre trabajo y trabajo.

Todos los que me contaban que el Corpus era algo "distinto" se quedaban cortos. Es el sumun del que se calza un costal pensando en algo más que un deporte sacro o una afición. Es la consecución de los que buscamos llegar a Él a través de la trabajadera, un camino, por otra parte, tan lícito como cualquier otro.

Pero aparte del sentimiento tan profundo que supone tener la posibilidad de ser costaleros de DIOS VIVO, hay mucho más, porque además de esto, que ya es mucho, participar de la cuadrilla de Costaleros Sacramentales supone la oportunidad de compartir trabajadera y sentimiento con hermanos venidos de cualquier otro origen, con formas de pensar y de ver el mundo de muy distintas maneras, pero con una capacidad de integración y de unión bajo Él, digna de ser vivida.

La verdad es que a mi edad, estaba desde el sábado con una sonrisilla bobalicona más propia de un adolescente. Hacía mucho que no sentía una ilusión tan pura y tan inocente por nada. La misma ilusión que cada Domingo de Ramos y cada Lunes Santo, pero más liviana porque estaba exenta del peso de la responsabilidad. Subiendo Reyes Católicos casi tenía ganas de ir haciendo carreritas y canturreando, como cuando tenía 12 años.

El resto va al más puro estilo de LA MIRILLA, que escribe en Ideal la que es además hermana nuestra Encarna Ximénez.

La Cuadrilla nº 3 tiene muchas cosas mías que despertaron gratos sentimientos. Aparte de Él, que ya está ahí, como siempre lo está en mi vida. La Cuadrilla nº 3 me permitió compartir esa bendita cuarta con el capataz de la Sentencia, mi buen amigo Luis Gallegos, con mi siempre fiel Pepe Valbuena (aunque viniera "mu perjudicaito"), con la promesa de la costalería Juano Rico (próximamente Maravilloso) y un antiguo de este negocio como Enrique Pi, que ya era leyenda costalera cuando empecé en esto allá por los primeros ochenta. Detrás estaba Paquito Molina, siempre derrochando sentimiento por esa boca, delante, los entrañables Migue Alcalá y Antonio Callejas. Más adelante estaba Alvarito, con el que tanto conecto en tantas cosas y que tanto me ha enseñado en este mundillo, como estaba también Rafa Alcalá, que tantas veces me ha hecho sonreir con su forma de comentar el mundo. Trabajaba también por ahí delante El Abuelo, el gruñón más afable que he conocido, entregado como siempre. Andaba también por la cuarta Luis Recuerda, cofrade comprometido aquí y allá, que ayer descubrí que como yo, es miembro de la magnífica e inigualable generación del 67.

También estuvo bajo el paso Carlos Mata, sentenciado de corazón, aunque el Domingo de Ramos trabaje en otra "empresa", pero caerás Carlitos, caerás.

Cuenta aparte los de negro. Contraguías de lujo y delante padre e hijo. Tanto monta. Hay que ver que Pepe Carvajal es discutido y tiene sus acérrimos defensores y sus eternos detractores. Es lo normal en todo genio. Pero me quedo con una cosa y así se lo dije: "Muchas gracias por haber sido el artífice de que los costaleros podamos trabajar bajo el Santísimo". Eso es suyo, y pasará a la historia como el capataz que metió a los costaleros en el Corpus. Ahí es ná. Ya quisiéramos más de uno ser la mitad de la mitad. Para remate, puntaita para los que dicen que en Granada ni hay capataces ni hay sagas. Pepillo tu no tienes ni que cerrarle la boca a nadie, ya se la pueden ir tapando ellos solitos.

Solamente sentí la falta de una persona que lleva acompañándome en cada una de mis aventuras costaleras y cofrades de los últimos 12 años. Pero es que iguala en la 2. Me abandonaste por largo compadre, pero me acordé de tí y de los tuyos, tanto como de los míos.

Curro, Juncal, Pedro... se me quedan muchos nombres propios en el tintero, pero solo quiero dejar como mensaje final, que quiero daros las gracias a todos los compañeros de la 3, por haberme ayudado a vivir uno de los mejores momentos de mi vida como costalero.

6 comentarios:

monaguillo dijo...

Querido Manuel: si algo hermoso tiene esto, después de tantos años de batallas ganadas y perdidas en el ingrato mundillo de la Semana Santa es, precisamente, el poder ser testigo de cómo alguien con mil mares surcados es nuevamente capaz de sentirse ilusionado por una nueva experiencia.

Tu cara reflejaba ayer esa ilusión tan especial de un estreno. Muchas veces te he expresado lo "distinto" que esto es a lo de Semana Santa. El ambiente es tan especial que provoca a la vez que uno se aisle y se concentre mucho más, y que se relacione con personas de índole y procedencia tan diversa que convierta una cuadrilla en una prolongación de la ONU.

Me alegro muchísimo de que personas como tú tengan la suerte de poder entrar a "ser los pies de Dios vivo". Y también me alegra profundamente que haya muchos costaleros de "tatachin" que vean esto ridículo o innecesario... porque ni está hecha la miel para la boca del asno, ni todos cabríamos en las cuadrillas. Mejor que lo dejen para los que de verdad sentimos esto.

Muchas felicidades por tu estreno en tarde de Octava. Es una suerte llevarte conmigo en esa nº3. No se si habrás visto algo por internet... pero encima de todo el Señor caminó de dulce.

Olé tú.

El Penacho dijo...

Muchas gracias por todo hermano.

Resulta obvio que hay grupos dentro de este mundillo de la costalería a los que no interesa la procesión del Santísimo ni lo más mínimo. A mi me parece bien. Cada uno se interesa por lo que quiere. El mismo caso me pasa a mí cuando de Glorias hablamos. Todo el respeto del mundo les tengo, que vamos, que si no las veo luego duermo igual de bien.

Como ya pongo de manifiesto en la entrada del blog, a cada uno lo llama cada cosa en su momento y no en otro. La verdad es que yo hace tiempo que me sentía atraido por convertirme en costalero Sacramental, pero por unas cosas o por otras no había podido acudir a igualar.

El Domingo por fin toqué ese bendito palo, y me resultó más bendito que ninguno. Por por la que tu bien llamas ONU costalera, y sobre todo, porque uno cree en lo que cree, y si crees, es el sumun absoluto. Ni más ni menos.

Un placer compartir igualá contigo, hermano.

costalero gruñón dijo...

qué grande Manué, volver a ajustarme la ropa como siempre, pero de manera distinta, en lo que a volver a encontrarnos se refiere. Ya te dije el domingo que la última vez que compartí palo contigo, fue aquella vez en que la Señora de las Maravillas venía demasiado "cansaíta", y tuviste que hacer hombros para ayudar a los tuyos bajos sus trabajaderas. Aquella vez permanece imborrable en mi memoria, pero la del domingo, ésa, se quedará para siempre en mi corazón, por ser la que nos volvió a reunir, aunque sin pantalón negro...

Un abrazo

El Penacho dijo...

Hay veces en la vida, que el placer además es un honor. Pues eso Gruñón, que además de un placer, un honor compartir contigo esa vuelta a los palos bajo Dios Sacramentado.

Siempre de blanco bajo Dios Vivo, aunque alguno llevaramos una morcilla colorá para romper un poquito el terno...

puentecofrade dijo...

Pues sí Manuel, llevar al Señor es algo más que especial. Es uno de los días en los que uno recuerda lo bonito que es ser costalero y das gracias a Dios por tener el privilegio de estar bajo un paso, de haber nacido en esta bendita tierra y sentirte feliz, como si fueras un elegido.
Espero que sean unas cuantos más los ratos que nos queden de disfrutar bajo el Santísimo Sacramento.
Y por cierto, gracias por llamarme amigo
Como siempre, un placer

SIEMPRE_RESCATE dijo...

Compadre, yo también me acordé de ti y sabia de muy buena tinta que disfrutarías como un niño chico, porque llevar a Dios es lo mejor que nos ha pasado.
Hemos recorrido mucho juntos y lo que nos queda, pero seguro que algún año coincidimos en esas benditas trabajaderas. Me pegaré a Rafa Alcalá que iguala en todas las cuadrillas....
Un abrazo, AMIGO!!!!!!