Me explico. La semana pasada estuve conversando con un joven cofrade, de estos avezados que pontifican y muestran aunténtica sabiduría sobre la historia de nuestra Semana Santa, y se sienten menospreciados en su hermandad porque su opinión, que da en todos sitios menos en los cabildos, no es seguida a pies juntillas.
En el curso de esta conversación se quejaba amargamente de que las celebraciones Inmaculistas no se revistieran de la solemnidad que habían tenido "toda la vida". ¿Toda la vida? ¿que es para tí toda la vida?. Que yo sepa, hasta 2003 bien poco había salvo las celebraciones litúrgicas propias de la festividad. Fue en 2004 cuando empezó todo este maremagnum de besamanos. ¿Acaso toda la vida se remonta a 2004?
Me venía a la cabeza que personajes de los de toda la vida en la Semana Santa de Granada, esos que estos jóvenes ni conocen ni comprenden, no conocieron estos magnos acontecimientos, que afortunadamente tienen visos de perpetuarse. Me venía a la cabeza, que duda cabe, Miguel López Escribano, que no conoció besamanos Inmaculista de María Santísima de las Maravillas, como no lo conocieron de sus Titulares Marianas Nicolás Crespo, o José Gómez Sánchez-Reina, o Francisco Gómez Montalbo, o tantos y tantos personajes cofrades que sacaron esto adelante cuando una celebración de este tipo era una auténtica quimera inimaginable.
¿De toda la vida?, que sabrás tú chaval. Deberías aprender que algunos que ya no cumplimos los cuarenta, como conocimos lo que conocimos, hemos aprendido a ser muy cautos en emplear lo de "toda la vida".
Dejamos para la historia, la foto que no se pudo hacer un 8 de diciembre, pero que sirva para ilustrar la los más jóvenes, que cuando España era en blanco y negro, los besamanos ya estaban inventados.
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