Corría el mes de diciembre de 2004, y la Real Federación de Cofradías, para celebrar el aniversario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción de María, organizó un besamanos extraordinario en el que habían de participar todas la imágenes titulares Marianas de las hermandades de penitencia de Granada.
Para no entorpecer los actos de culto propios del día de la Inmaculada ni la vigilia, se determinó que estos besamanos se celebraran el 6 de diciembre, lo que originó sorpresas entre los visitantes foráneos y bastante guasa entre los cofrades, en los que en círculos jocosos llegamos a bautizar este acto como "besamanos constitucional".
Fue una jornada tan fría como inolvidable. Parecía en la Carrera del Darro que era Domingo de Ramos, con cientos de fieles paseando de una capilla a otra. Magnífico ambiente para un día en el que los cofrades nos demostramos a nosotros mismos que somos capaces de hacer grandes cosas. Ahora vuelvo la vista atrás y espero que esto solo fuera un anticipo de lo que puede ser 2009. Lo del Sábado Santo, ya me entienden.
Ella, María Santísima de las Maravillas, lució bella como siempre, pero lo más importante, lució rodeada de "Su" gente, de los que la quieren y por ello no dudan en ajustarse el costal (los hombros otrora) para pasearla con la dignidad y el decoro que Ella siempre merece. Ellos estuvieron, como siempre, al lado de Su Madre.
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